Cuando una relación se termina, da igual si ha durado unos pocos meses o media vida, el vacío que se siente por dentro es en ocasiones demasiado devastador. Existen miles de formas de terminar con una relación, y mil razones para hacerlo, pero normalmente siempre hay una parte que sufre más que la otra. Por el simple hecho de no estar de acuerdo con esa decisión, por no encajar del todo bien que la otra persona ya no la ame, o que no hayan podido solventar sus problemas. La frustración se hace aún mayor cuando hay terceras personas implicadas, por supuesto. Cargar no solo con la desazón de una traición, sino con la pura vergüenza de verse expuestos ante los demás, es muchas veces demasiado. Tanto que hay personas que solo piensan en vengarse de aquellos a los que hasta poco antes afirmaban amar.
El final de las relaciones suele ser traumático en muchas ocasiones, e ir acompañado de lloros, ruegos e incluso acoso, en los casos más extremos. Cuando una persona insiste en seguir adelante con algo que ya no existe, la situación se puede volver muy tensa. El amor se malinterpreta como una forma de hostigamiento, de luchar por recuperar esa llama que está a todas luces perdida. Y esto puede llevar a tomar decisiones que no son precisamente acertadas, como colgar en Internet fotos y vídeos de tu ex pareja en situaciones comprometidas. El llamado porno de venganza se extendió por la red en la década de los 2000, con el auge de las primeras plataformas porno, y por desgracia sigue siendo un problema muy grave hoy en día. Se ha legislado sobre ello, pero aun así, arruinar la vida de alguien subiendo un vídeo privado a la red sigue siendo muy fácil. Tanto que incluso en su momento se crearon diversas webs para facilitar esta venganza. La más popular de ellas fue IsAnyoneUp?, iniciada en 2010 por Hunter Moore, el que hoy en día es conocido como el hombre más odiado de Internet. Su historia acaba de servir como base para una docuserie de Netflix, y ha devuelto a la actualidad a esta figura mediática una década después.
Quién es Hunter Moore
Hablar de Hunter Moore es hacerlo de uno de esos tipos que han cosechado una gran fama, merecida o inmerecida, gracias a la tremenda exposición que da Internet. La red es sencillamente una herramienta, como tantas veces hemos repetido, ni buena ni mala por sí misma. Son las acciones de los usuarios las que hacen que este arma de doble filo sirva para el bien o para el mal. Y en el caso de Moore, desde luego, su intención no era precisamente positiva. El joven creó una web poco antes de cumplir los 30, en la que quería compartir fotos de salidas nocturnas por locales de modas. IsAnyoneUp? tenía un buen diseño y una comunidad floreciente, pero no terminaba de despegar. Hasta que a Moore se le ocurrió la “brillante” idea de colgar una foto de una chica con la que acababa de dejarlo, en la que ella aparecía desnuda. La web registró un gran pico de visitas, y el tipo supo que había que cambiar el rumbo de la plataforma.
La infame web con fotos de desnudos
Desde aquel momento, IsAnyoneUp? se convirtió en un hervidero de porno de venganza. Moore animaba a sus seguidores a subir fotos de chicas (y chicos, pero sobre todo chicas) desnudas, para que todos pudieran verlas en la red. ¿Alguna ex se había portado mal contigo? ¿Llevas meses tonteando con una chica que solo te manda fotos pero no quiere quedar? Es tu oportunidad para exponerla delante de todos y arruinarle la vida, si está en tu mano. Porque no solo eran fotos o vídeos sueltos en un foro, como tantas otras veces. Moore animaba a su comunidad a subir todos los datos personales que supieran, para que las chicas fueran fácilmente localizables. Desde nombres a direcciones, y todo al alcance de cualquiera, en Facebook.
Resulta irónico que la red social que hoy cierra perfiles por simples palabrotas permitiera una actividad de este tipo hace apenas una década. Moore consiguió además unos ingresos enormes gracias a este tipo de publicaciones, y a la publicidad que generaban. Se especula que llegó a ganar más de 30.000 dólares al mes durante el tiempo que IsAnyoneUp? se mantuvo en el aire, apenas año y medio. Desde el primer momento, la plataforma generó una gran polémica, a la que Moore respondía con comentarios incendiarios. Asumía que lo que hacía estaba “mal” pero no le importaba, porque buscaba precisamente humillar y destrozar la vida a esas personas, no solo exponerlas. Así es como se convirtió, para muchos, en el Hombre Más Odiado de Internet.
La lucha de una madre contra esta práctica
El apelativo llegó de la mano de un extenso artículo que publicó Rolling Stone en 2012, contando la lucha de una madre contra la web de Moore. Charlotte Laws había encontrado las fotos de su hija Kayla en la red, después de que ella entrara en una profunda depresión por verse expuesta de esta manera. La madre decidió actuar y buscó a otras víctimas de Moore para reunir sus declaraciones en un caso que tumbara de una vez por todas esa peligrosa web. Se cuenta que había incluso suicidios relacionados con IsAnyoneUp?, de los que el propio Moore se burlaba afirmando que retiraría esas imágenes para conseguir un pico de visitas antes de quitarlas.
Finalmente, los esfuerzos de Laws tuvieron su fruto, y un tribunal de California condenó a Moore a 2 años y 6 meses de cárcel, además de pagar una multa de poco más de 2.000 dólares. Lo curioso es que la condena llegó no por la exposición de imágenes íntimas, sino por el pago de Moore a un hacker para que entrara sin permiso a varios ordenadores a conseguir fotos de sus víctimas. El tipo tuvo que entrar en prisión para cumplir su condena y en 2017 reapareció, aunque manteniendo un perfil bajo. Parecía haber dejado atrás esa imagen de fanfarrón que tantos disgustos le había provocado, porque no se trataba solo de su web, sino de sus propias declaraciones. Moore se había convertido en objetivo de muchos grupos feministas, y entendía que en pocos años los tiempos habían cambiado. Ya no había lugar para su porno de venganza en la red.
El Hombre Más Odiado de Internet, en Netflix
La historia de Moore y IsAnyoneUp? ya se hizo muy conocida en 2012, cuando la web cerró por culpa de las investigaciones del FBI que acabaron con su creador en la cárcel. El artículo de Rolling Stone dio un nuevo empujón a la historia, y sirvió como base para la docuserie que Netflix acaba de estrenar, y que está convirtiendo en el éxito del verano. Como suele ocurrir con estas ficciones, la serie lo tiene todo: drama, intriga, una personalidad central fuerte y carismática pero terrible, una moraleja de la que aprender años más tarde… El propio Hunter Moore iba a participar en un principio en este documental pero finalmente rechazó la oferta de Netflix. Posteriormente ha criticado el contenido del mismo, tachándolo de tendencioso, y quejándose de que le hacían quedar “muy mal”. Como si no tuviera ninguna responsabilidad sobre lo que había hecho.